3 armónicas, 2 bicis, 1 violín.. ACCION!!!

"Me voy con la música a otra parte"
expression espagnole qui veut dire "Je pars".
Quand le public arrêtait d'applaudire les musiciens...

viernes, 1 de mayo de 2009

El Gran SALAR DE UYUNI

Chicha y Humitas, en Villazón



Con el estómago lleno se nos pasó la idea de tomar un tren para ir a Uyuni. De hecho es una experiencia poco usual pues no hay muchos trenes que funcionen actualmente en Sudamérica (éste lo hace sólo hasta Oruro). (Sigo pensando que es una pena que se hayan perdido tantas líneas de ferrocarril...)
Para comprar el billete tuvimos que esperar como con un ticket del mercado unas 3 horas. Van uno a uno, a mano y cuando se acaba lo dicen así no más. Hasta mañana! jeje..Tuvimos suerte porque Uyuni es turístico y preveen plazas.
Fueron 10 horas y un radio de la bici de Guillaume roto (qué sufrimiento ver cómo colocan las bicis en el vagón!). En la mía también hay que soldar una pieza de aluminio que sujeta los cambios. Hicimos las convenientes reparaciones provisionales en Colchani a 15 Km de la ciudad de Uyuni y entrada del Salar. Utilizan ladrillos de sal que cortan con hacha y pegan con agua nos dicen.
Y por fin el Gran Salar..atractivo turístico nº1 de Bolivia, a 3.670m de altura.. seguimos en el Altiplano.
Hoy son 12.000 km² de sal. Hace 40.000 años que fue un lago. Además de sal es la mayor reserva mundial de Litio . El espesor es de unos 120 m!!

Gracias al consejo de unos ciclistas holandeses tomamos una piedra en Colchani y pudimos plantar la tienda..
Es una experiencia absolutamente impresionante..sobretodo cuando no se ve nada en el horizonte, todo blanco, muchísima luz ..Y al atardecer cuando comienzan a aparecer sombras se vuelve un lugar mágico, se distingue la geometría infinita que hipnotiza. 2 noches dormimos en el Salar . Paramos para visitar la Isla Incahuasi, pues conocimos a su primer y único habitante hasta hace unas décadas: Alfredo. Fue en un comedor a Colchani, aunque cuando llegamos a la Isla fue su mujer quien nos recibió ya que él estaba de guía. Ella nos cuenta cómo tratan de que el medio ambiente no cambie a pesar del flujo exponencial de turistas..y nos enseña el libro de visitas (jeje..te leímos Cristophe...y a Jeff!). Hay un restaurante, baños..4 o 5 edificaciones, aunque nos decepciona que no sean en sal.

Casas de sal en Colchani, a la entrada del Salar

Erase una vez felices porcinos que ignoraban la que están armando sus primos mejicanos...



Hotel de Sal, a 20 Km de Colchani , sal adentro. 2 señoras lo cuidan y nos lo enseñan.



Al atardecer las sombras acentuan la hipnótica geometría. Mágico..


Guillermito se met au violon!


La Isla Incahuasi, habitada por unas 10 personas y visitada por unos 70 todoterrenos llenos de turistas al día..ejem. Un pequeño oasis plagado de cactus, en pleno centro del desierto.


On dirait qu'on est plus maîgres qu'avant...

A 40 km hacia el Norte buscamos la salida del Salar, a los pies del volcán colorado Thunupa.
Justo antes el estado de la sal cambia, se vuelve lisísima y brillante. Después hay agua proveniente de un arroyo y por último comienza a resquebrajarse y mezclarse con lodo.
Un centenar de llamas nos esperan al otro lado y un colorido excepcional, quizás por el contraste de 3 días de blancura.







Tahua, a las faldas del volcan Thunupa


En Tahua paramos a comer, aunque sólo pudimos encontrar una sopa de quinua, la segunda y única del día..ayaya. Es la región de la Quinua. De hecho a las faldas del volcán se aprecian muy variados colores y parcelas delimitadas con amontonamientos de piedras que da un efecto muy curioso, es como si fueran las venas de la montaña. En Alianza encontramos a Toribio , profesor y exdirector de la asociación de agricultores de quinua ANAPQUI, que se vende en negocios de comercio justo sobretodo con ayudas de Francia, Holanda y Estados unidos. Hay hasta 108 tipos distintos y parece ser que las condiciones del lugar hacen que aqui sea de una calidad inigualable. Ahora es la época de recolección y los hombres trabajan en ello mientras que las mujeres pasean rebaños de llamas y ovejas.

Quinua, peinan las montañas de colores, rojos, amarillos, verdes...como la bandera!

Tras descansar unos días y comer " à nôtre faim" en Salinas de Garcia Mendoza seguimos con destino Challapata. La ruta es malísima, de tierra y muchas piedras, aunque al final comienza el asfalto. No nos cansamos de ver montañas venosas y quinua. Intentamos siempre llegar a algún pueblo para la hora del comedor, porque son muy populares. Se diría que todo el pueblo come alli. Suele ser a las 12 y por la tarde a las 6 o 7.


Salinas de García Mendoza, su plaza.


Enorme cráter que formó un meteorito hace mucho.

"Evo cumple", "Sí a Evo"...se repiten en muros , fachadas, carreteras..al menos en esta región altamente aymara y quechua..


Señoras cocineras en Santuario de Quillacas, una alternativa al comedor que es al interior.

Por fin altas montañas..nos adentramos en la Cordillera de los Frailes, hacia Potosí.


Las mujeres son pastoras y los hombres agricultores. Une Sarah bolivienne!

Y por fin llegamos al cruce de caminos entre Potosí y Oruro: Challapata.
Como andamos perdidos con el calendario casi no nos enteramos que era 1 de mayo y que había una gran fiesta en el recinto militar. Había grupos de música y comidas populares como la Pampaki que probamos: papas de diferentes tipos, banana y carne de llama cocinado en un horno de tierra ( una vez hechas las brasas cierran con bloques de adobe y tierra fresca) .
Muy rico. Definitivamente en Bolivia no hacemos más que comer..si no pedaleáramos de vez en cuando..



Se bebe mucha mucha Huari,cerveza que se produce en el pueblo de al lado, del mismo nombre. Estamos a 3.700m

Version Française:
Un peu fainéant ou curieux de changer de transport, l’idée nous prend d’aller á Uyuni en train. C’est une expérience peu commune car il y a tres peu de train en fonctionnement aujourd'hui en Amerique du Sud. Pour acheter un billet il faut venir le jour même prendre un ticket et attendre son tour. Apres 3 heures d’attentes nous arrivons désespérément a acheter les dernières places pour Uyuni.
10 heures dans un wagon Bolivien passent beaucoup plus vite qu’avec la SNCF. Chaques wagons possèdent TV, de la place pour dormir et de quoi manger et boire. Seul hic á l’arrivée, un rayon de la roue arrière de mon vélo est cassé ainsi qu’une pièce du cadre en allu du vélo d’ana (pour bloquer le câble des vitesses arriéres). Vu la douceur avec laquelle ils prennent les vélos c’est pas étonnant. Juste avant d’entrée au salars á Colchani (15 km apres Uyuni) nous réparons les vélos. Pour les rayons on en a en rechanges mais le cadre nous le bricolons avec du fil de fer.

Et enfin le Salar d’Uyuni, le plus grand du monde, première attractions touristique de Bolivie, á 3670 m d’alt… nous continuons sur l’altiplono. Aujourd’hui ce sont 12000 km2 de sel. Il y a 40000 ans c’était un lac.
La première nuit nous la passons au milieu du dessert blanc après l’hôtel de sel. Oui de sel, parcequ’ici les murs des constructions sont entièrement en sel. Ils coupent des blocs dans le salar et avec l’eau et le sel ils produisent un liant puissant.
Merci aux Hollandais croisés a Uyuni qui nous conseillaient de prendre une pierre juste avant de rentrer au salars pour planter les sardines de la tente car le sol c’est vraiment du béton.

Quelle expérience spectaculaire : rien a l’horizon, le désert blanc, le coucher de soleil, le silence, les étoiles…
Nous dormons deux très bonnes nuits sur le salar. En nous arrétant sur l’íle d’Incahuasi (oasis au milieu du salar avec 10 habitants et pleins de cactus) nous rencontrons la femme d’Alfredo. C’est á Colchani que nous avons rencontré Alfredo le premier habitant de l’íle. Il nous racontait qu’Il allait chercher l’eau au village le plus proche á vélo (40 km). Comme il n’est pas lá á notre arrivé sa femme nous montre les livres d’or de tout les cyclistes qui passent par l’ile. Quel surprise de voir un mot du grand Christophe Vuillod, et de Jeff aussi. Elle nous raconte qu’avant 4 voitures passaient dans le mois pour visiter l’ile et qu’aujourd’hui ce sont 70 4x4 remplies de touristes qui viennent tous les jours.
A 40 km au nord nous cherchons la sortie avec la boussole toujours et en suivant le volcan Thunupa. Sans trouver le chemin nous sortons laborieusement dans un mélange de sel, de boue où coule un filet d’eau, pour arriver au beau milieu de centaines de lamas dans l’herbe rêche.
Petit arrêt en bordure du salar au village de Tahuat pour manger une soupe de quinoa, la deuxième et dernières de la journée. Ici c’est la région de la quinua. Grace à elle les montagnes portes des couleurs multiples.
Le lendemain á Alianza un instit nous offre chaleureusement le petit déj. Il nous parle de son association de cultivateurs de quinoa. Il existe 108 sortes. Ici les agriculteurs sont reconnus pour leur production de qualitée avec le labelle Bio et commerce équitable en vendant en France, Hollande et aux Etats Unies.

De Alianza a Challapata nous roullons sur toutes types de routes possibles : Chemin de cailloux, sableux qui dérapent, terres battu tres lisses, et de la route goudronné pour la fin (ça repose).
Nous tentons de prendre le rythme Bolivien pour arriver dans les villages á l’heure des repas. Parceque les comedors (seul lieu pour manger) sont comme la cantine du village avec les mêmes plats pour tous horaires uniques (midi et 19h le soir).
Nous arrivons a Challapata le 1er Mai. C’est la fête du travail dans la caserne militaire implantée au milieu de la ville. Les groupes de musiques défilent sur la scène avec toujours une kena une flute de pan et le charrango. Il y a toutes sortes de cuisines traditionnelles á bases de viandes de llamas ou de poulet cuits au four en terre, á la braise… Et le tout arrosé á la Huari la bières de la ville voisine.

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